Japón, conocido por ser un país con una población de asombrosa longevidad, ha desarrollado a lo largo de los años una cultura que prioriza hábitos que promueven una vida sana y equilibrada. En este contexto, surge el sistema Hanasaki, un enfoque que se fundamenta en nueve pilares que combinan tradición y filosofía japonesa, diseñados para ayudar a las personas a vivir no solo más, sino mejor. Este método no se basa en promesas vacías, sino en prácticas concretas y simples que pueden ser integradas en la vida diaria para alcanzar un estado de bienestar pleno y consciente.
Creado por Marcos Cartagena, el sistema Hanasaki se inspira en las costumbres de Okinawa, una región emblemática que se considera una de las cinco zonas azules del mundo, donde los residentes disfrutan de una vida larga y saludable. Observaciones sobre el estilo de vida de estas personas revelan que la longevidad va de la mano con la actividad física, una dieta balanceada, y sobre todo, una conexión profunda con su entorno y con los demás. Estos elementos son fundamentales en la construcción del pilar del ikigai, que otorga un sentido de propósito vital y motivación a la vida diaria.
Dentro de los pilares del sistema Hanasaki, la práctica del kaizen se destaca como un enfoque hacia la mejora continua. Este principio japonés anima a las personas a realizar pequeños cambios positivos de manera constante, abogando por el desarrollo personal progresivo en lugar de la búsqueda de la perfección inmediata. De esta forma, quienes aplican el kaizen en su vida diaria tienden a experimentar una evolución significativa en su manera de enfrentar retos y en su relación con el mundo, lo que resulta en una mayor satisfacción personal y bienestar.
El minimalismo también juega un rol crucial en el sistema Hanasaki, promoviendo la idea de que lo esencial es liberarse de lo innecesario y enfocarse en lo que realmente aporta valor a nuestras vidas. Esta filosofía invita a las personas a reflexionar sobre sus posesiones y su relación con el consumo, sugiriendo que la felicidad no radica en acumular objetos, sino en apreciar lo que ya tienen. Adicionalmente, el pilar de la paz interior se articula como un estado de serenidad y equilibrio emocional, permitiendo tomar decisiones más conscientes y afrontar desafíos con mayor claridad.
Finalmente, el sistema Hanasaki enfatiza la importancia de las relaciones humanas y los principios éticos. Se reconoce que las conexiones significativas son fundamentales para una vida con propósito, así como los valores como la humildad, la honestidad y la gratitud, que sirven de base para una convivencia armónica. En su conjunto, estos pilares brindan no solo un camino hacia la longevidad, sino una guía práctica para aquellos que buscan vivir de manera más plena y con un sentido renovado.






