El Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Angol, en la Región de La Araucanía, emitió este viernes una contundente sentencia de presidio perpetuo contra Luis Eduardo Contreras, hallado culpable del grave delito de robo con violación. Este crimen, que causó una profunda conmoción en la comunidad de Victoria, ocurrió el 21 de febrero de 2024, cuando Contreras agredió de manera brutal a una mujer en un sector eriazo, despojándola de sus pertenencias y abusando sexualmente de ella. La decisión del tribunal subraya la gravedad de los delitos de violencia de género y la importancia de actuar con firmeza ante tales situaciones.
La investigación del caso fue catalogada como «muy prolija» por el fiscal Héctor Leiva, quien lideró las diligencias para esclarecer los hechos. La fiscalía, en colaboración con la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones (PDI), utilizó diversas herramientas tecnológicas y forenses para reconstruir la dinámica del delito. Esta rigurosa labor investigativa fue clave para lograr la condena, destacándose el uso de imágenes de cámaras de seguridad que permitieron seguir el rastro del imputado y validar las acusaciones contra él.
El fiscal Leiva explicó la importancia de las pruebas recopiladas para establecer la identidad de Luis Eduardo Contreras. «Con estos antecedentes se pudo efectuar un reconocimiento fotográfico y más adelante se realizaron pruebas de ADN que permitieron establecer la responsabilidad del imputado con un gran nivel de certeza», señaló. Este enfoque metodológico no solo fue fundamental para asegurar una condena justa, sino que también resalta cómo las nuevas tecnologías pueden ser aliadas en la lucha contra el crimen.
La sentencia de presidio perpetuo implica que Contreras deberá cumplir su condena en un recinto penal durante el resto de su vida, lo que representa un mensaje claro de la justicia chilena sobre la intolerancia hacia los delitos de violencia sexual. La decisión del tribunal ha sido celebrada por diversos sectores de la comunidad, que ven en esta condena un paso hacia la justicia y una reafirmación del compromiso del sistema judicial en la protección de las víctimas.
Este caso ha generado un debate en la sociedad sobre la seguridad y la protección de las mujeres ante la violencia de género. Organizaciones sociales y feministas han alzado la voz para exigir mayores esfuerzos en la prevención de estos delitos y apoyar a las víctimas en la búsqueda de justicia. La resolución del tribunal es un ejemplo de cómo, a través de una investigación rigurosa y la colaboración entre instituciones, se puede avanzar en la defensa y protección de los derechos de las mujeres.






