El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, declaró que la reciente prueba del misil de crucero de largo alcance y propulsión nuclear Burevéstnik tiene como objetivo garantizar la seguridad de Rusia en el contexto del creciente militarismo de Europa. Durante una rueda de prensa telefónica, Peskov enfatizó que este tipo de ensayos no deberían tensar las relaciones entre Moscú y Washington, a pesar de la presión externa. Su afirmación subraya la importancia que el Kremlin otorga a la defensa nacional, especialmente frente a un continente europeo que, según él, se encuentra en un estado de histeria y agresividad hacia Rusia. “Garantizar la seguridad de Rusia es una cuestión de importancia vital”, añadió Peskov, justificando así la continuidad de las pruebas militares en el país.
Peskov también mencionó que el desarrollo de nuevos sistemas de armamento es parte de un esfuerzo constante para asegurar la defensa del país. Argumentó que las pruebas del Burevéstnik, que operó durante casi 15 horas según el Estado Mayor del Ejército ruso, son una respuesta necesaria a las políticas percibidas como belicosas por parte de los europeos. «En estas condiciones, Rusia debe hacer todo lo posible para garantizar su propia seguridad», aseveró, aludiendo a las amenazas que representa el militarismo europeo en las relaciones internacionales actuales. Esto refleja una postura defensiva por parte de Rusia, que se siente en la necesidad de responder a lo que considera una hostilidad creciente.
La prueba del Burevéstnik generó reacciones inmediatas desde Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, criticó el ensayo, calificándolo de «inapropiado» y exhortando a Vladimir Putin a centrarse en finalizar la guerra en Ucrania. Trump señaló que lo que debería estar en la agenda de Putin es buscar una solución pacífica al conflicto, que lleva casi cuatro años. Esta intervención del presidente estadounidense pone de manifiesto la tensión existente entre los dos países y las diferentes narrativas en torno a la situación geopolítica actual.
Trump, además, insinuó la posibilidad de nuevas sanciones contra Rusia, recordando las que previamente se habían implementado contra las principales petroleras rusas. A pesar de su postura crítica hacia la prueba del misil, el mandatario también destacó la capacidad militar de Estados Unidos, afirmando que el país tiene el mejor submarino nuclear del mundo cerca de las costas rusas, un comentario que subraya la constante competencia militar entre ambas naciones y añade una dimensión de amenaza a la retórica que provoca la prueba del Burevéstnik.
La decisión de Rusia de desarrollar misiles de este tipo data de 2001, cuando Estados Unidos se retiró del tratado antimisiles, reafirmando el enfoque ruso en fortalecer su defensa. Las recientes maniobras nucleares supervisadas por Putin, que se realizaron justo después de la cancelación de una cumbre crucial con Trump, resaltan la voluntad de Rusia de mostrar su poder militar. La falta de diálogo entre las dos naciones, combinada con las hostilidades en Ucrania, posiciona al mundo en una etapa crítica de sus relaciones, donde cada prueba, cada ensayo y cada declaración se consideran fundamentales para entender la dirección de la seguridad global.






