‘La Canción de Sima’, una conmovedora película sobre el sufrimiento y la esperanza de las mujeres afganas, ha resonado profundamente en un grupo de mujeres afganas que se reunieron en un cine de España para ver su proyección. Este evento marcó un momento de recuperación de la memoria colectiva para muchas de ellas, quienes vivieron en un Afganistán donde la libertad femenina era una realidad y no un sueño distante. En un ambiente de intensa emoción, el silencio se hizo presente en la sala, interrumpido solo por los sollozos que evidenciaban la conexión profunda que las asistentes sentían con las historias de las dos protagonistas, Sima y Suraya, cuyas luchas simbolizan la resistencia de todas las mujeres afganas ante la opresión.
La experiencia de ver ‘La Canción de Sima’ fue especialmente significativa para quienes, como yo, abandonamos Afganistán en circunstancias difíciles. La narrativa de Sima, que se ve obligada a silenciar su voz y renunciar a sus sueños de música a causa del extremismo, resuena con nuestra propia historia de desarraigo y pérdida. A través de su viaje, los espectadores son testigos de cómo las esperanzas y aspiraciones de las mujeres afganas fueron brutalmente despojadas por fuerzas que nunca han entendido el verdadero valor de la libertad. La película no solo es un reflejo de las adversidades enfrentadas por las mujeres en Afganistán, sino también un homenaje a su inquebrantable espíritu.
El vínculo entre las protagonistas, Sima y Suraya, es un testamento de sororidad y unidad en medio de la adversidad. Ambas mujeres, a pesar de sus diferencias, comparten un sueño común: un Afganistán donde las mujeres puedan ser libres y plenas. Este mensaje de solidaridad es crucial en tiempos de división y conflicto, y la película nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, la amistad y el apoyo mutuo pueden florecer, brindando esperanza a quienes enfrentan la tiranía. La historia de Sima y Suraya trasciende fronteras, conectando a mujeres de diversas culturas en su lucha por los derechos y la dignidad femenina.
Uno de los aspectos más impactantes de ‘La Canción de Sima’ es su representación de un Afganistán que, hasta hace poco, era ignorado por muchos. Durante los años 70, las mujeres afganas disfrutaban de derechos y libertades que parecen inimaginables hoy. La película nos muestra escenas que retratan una sociedad vibrante y diversa, donde las mujeres asistían a la universidad y ocupaban roles prominentes. El contraste entre este pasado y la realidad actual resalta la devastación sufrida por la sociedad afgana y hace un llamado urgente a la memoria colectiva, recordándonos que la lucha por la libertad es un compromiso continuo.
La producción de ‘La Canción de Sima’, aunque realizada fuera de Afganistán, lleva con ella el espíritu y la voz de las mujeres que residen en la diáspora. El proyecto también ha visto una alianza significativa con mujeres españolas que, al ofrecer su apoyo, han demostrado que la lucha por los derechos femeninos es una causa global. Esta colaboración intercultural añade una dimensión poderosa a la obra cinematográfica, transformando su mensaje en un grito unificado por la justicia y la equidad. En definitiva, ‘La Canción de Sima’ no solo narra una historia de dolor, sino que también sirve como un faro de esperanza para todas las mujeres que continúan luchando por su voz y su libertad.






