El mercado de ETFs en Europa está viviendo un crecimiento sin precedentes, y España se suma a esta tendencia que no muestra signos de desaceleración. En una reciente entrevista con Pedro Santuy, director de ventas de ETF e indexados de BNP Paribas AM, se destacó que el año 2024 ha sido histórico, con casi 260.000 millones de euros invertidos en ETFs, y que el inicio de 2025 ha continuado la racha positiva, con entradas netas de 60.000 millones de euros en solo los primeros dos meses. Este dinamismo pone de manifiesto un interés cada vez más marcado por estos productos financieros, tanto en renta variable como en renta fija, aunque con diferencias notables en cuanto a la preferencia de los inversores en el mercado español en comparación con otras regiones de Europa.
Un aspecto relevante que se destaca en la entrevista es la mayor inclinación de los inversores en España hacia la renta fija, a diferencia de otros países europeos donde los ETFs de renta variable aún dominan. Santuy observa que en nuestro país existe una tradición más fuerte de inversión a través de fondos índice, aunque ambos productos forman parte integrante de la gestión indexada. Esta particularidad podría ser indicativa de una búsqueda de seguridad por parte de los inversores españoles, quienes mantienen carteras más conservadoras en el contexto actual de los mercados.
En términos de flujos de inversión, una tendencia que llama la atención es el notable crecimiento de los ETFs sostenibles, que han representado un 12% del total de las entradas en ETFs en Europa. A pesar de la similitud en comportamiento entre España y el resto de Europa, en este segmento se ha observado un sesgo hacia la renta fija sostenible, lo que refuerza la idea de que, aunque la renta variable aún es predominante, los productos de renta fija están comenzando a captar más interés. Es notable que, por primera vez en años, la renta variable norteamericana ha experimentado salidas netas, lo que refleja un cambio en el apetito del inversor hacia otras regiones y tipos de activos.
El mercado de ETFs de renta fija, que históricamente ha sido menos desarrollado que su contraparte de renta variable, muestra signos de expansión gracias a factores como la innovación en el sector y un mercado subyacente considerablemente más grande. Santuy indica que a pesar de los desafíos que enfrentó el sector antes del aumento reciente de las tasas de interés, hay un potencial significativo para el crecimiento de ETFs en este ámbito. La evolución de los tipos de interés y la reciente inestabilidad en los mercados inflacionarios muestran que la renta fija puede ser una opción más atractiva para muchos inversores, especialmente en tiempos de incertidumbre económica.
Finalmente, destacando la importancia de la diversificación, tanto en la inversión en ETFs como en la gestión activa, Santuy hace un llamado a los inversores para que analicen no solo la rentabilidad absoluta, sino también la rentabilidad relativa ajustada al riesgo. Este enfoque no solo busca aprovechar las oportunidades de retorno, sino también mitigar posibles riesgos en un entorno de mercado volátil. La recomendación subyacente es construir carteras que integren eficazmente diferentes clases de activos, para maximizar así la estabilidad y el rendimiento en el mediano y largo plazo.






