El proyecto de reajuste del salario mínimo en Chile dio un nuevo paso en su tramitación legislativa al ser aprobado en la Cámara Baja, aunque las modificaciones realizadas por el Senado fueron rechazadas. Este esfuerzo por aumentar el ingreso básico de los trabajadores se encuentra ahora en una comisión mixta que incluirá a representantes de ambas cámaras, quienes tendrán la tarea de resolver las controversias surgidas en torno a la creación de un Observatorio de Ingresos y Costos de Vida, así como la regulación del Fondo de Formación Sindical. Estas medidas son fundamentales para garantizar una mejora en las condiciones laborales y económicas de los chilenos, y han sido parte del acuerdo establecido entre el Gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
La propuesta de ley busca establecer un aumento del salario mínimo a 529 mil pesos desde mayo de 2025, lo que impactará de manera retroactiva a cerca de 900 mil trabajadores, y proyecta un incremento adicional a 539 mil pesos a partir de enero de 2026. Este ajuste no solo busca mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, sino también dignificar el trabajo en un contexto donde el costo de la vida ha ido en aumento. La decisión de incluir un efecto retroactivo garantiza que los trabajadores comenzarán a beneficiarse de este ajuste desde el primer día de mayo.
Además del reajuste salarial, el proyecto contempla una serie de beneficios sociales que se amplían con la implementación de la nueva ley. Se incluyen incrementos en los montos del Subsidio Único Familiar (SUF) y la Asignación Familiar (AF), que están diseñados para apoyar a las familias más vulnerables del país. Con el fin de mitigar el impacto del alza en los costos de la vida, el Gobierno también prevé una inyección de recursos al Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEPP), buscando evitar que el precio de la parafina supere los 1.050 pesos por litro durante el invierno.
El apoyo también se extiende a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), que recibirán subsidios para ayudarlas a sobrellevar el efecto del posible aumento en el salario mínimo. Esto es especialmente relevante ante la preocupación por el equilibrio económico de estas empresas, que son vitales para la economía chilena. El objetivo es lograr un aumento en los salarios que sea sostenible y no perjudique el funcionamiento de estas unidades productivas, asegurando así un contexto favorable para el desarrollo económico.
Finalmente, el proyecto establece ajustes específicos para los trabajadores menores de 18 años y mayores de 65 años, elevando sus ingresos mínimos a 394 mil 622 pesos desde el 1 de mayo de 2025 y a 402 mil 82 pesos a partir del 1 de enero de 2026. Asimismo, se contempla un ingreso mínimo no remuneracional que alcanzará los 340 mil 988 pesos desde mayo. Este enfoque en diferentes grupos etarios refleja un compromiso por parte del Gobierno de asegurar que todos los segmentos de la población tengan un respaldo económico adecuado, propiciando un ambiente laboral más justo y equitativo.






