Activistas de la Global Sumud Flotilla desoyeron los llamados del gobierno de Netanyahu y de varios países europeos para cambiar de rumbo y desembarcar la ayuda humanitaria destinada a Gaza en Israel, Chipre o cualquier otro puerto de la región. Sanos y salvos, los ocupantes de los navíos fueron trasladados a puerto.
Antes de la intervención militar, el ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, y varios gobiernos europeos, entre ellos Italia, España y Francia, instaron a desistir de avanzar hacia la costa gazatí, considerada una ‘zona de riesgo’. El gobierno español sugirió a la flotilla no acercarse a las aguas designadas por Israel como zona de exclusión, y destacó que el buque enviado para asistirlos no entraría en esa zona. «Nosotros les hemos pedido a la Flotilla (…) que por favor no entren porque la prioridad absoluta es su seguridad en estos momentos», indicó el ministro de Transformación Digital, Óscar López, en la televisión pública. Según López, «lo que no va a hacer ese barco español es cruzar esa frontera porque nos llevaría a una situación que creo que todo el mundo puede entender su gravedad».
Italia también envió un buque militar para garantizar la seguridad de la flotilla, tras el ataque con drones que sufrió la madrugada del 24 de septiembre y que fue denunciado por la ONU y la Unión Europea. Ante la insistencia de los barcos de avanzar hacia la costa gazatí, a Israel no le quedó otra opción que detener la flotilla ‘por su propia seguridad’, según indicó el ministerio de Relaciones Exteriores, quien agregó que todos los pasajeros fueron transferidos a puerto. «Greta y sus amigos están sanos y salvos», agregó la cancillería, que incluyó en la publicación un breve video de la activista sueca Greta Thunberg recogiendo sus efectos personales, rodeada de hombres armados.
El Ejército israelí interceptó hasta anoche a tres barcos pertenecientes a la flotilla, el ‘Alma’, ‘Adara’ y ‘Sirius’. En este último viajaba la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, así como otros diez ciudadanos españoles. Estaba previsto que fueran trasladados al puerto de Asdod. La iniciativa humanitaria denunció el lanzamiento de cañones de agua por parte del Ejército de Israel contra algunas de sus embarcaciones cuando se encontraban a tan solo 70 millas del enclave palestino. También sufrió interferencias en las comunicaciones y la conexión en directo de su travesía, que se fue a negro reiteradamente.
Por redes sociales, el coordinador de la Global Sumud Flotilla, Saif Abukeshek, no solo informó lo ocurrido sino que instó a sus seguidores a mantener la ofensiva en pro de los palestinos: «Seguimos recibiendo actualizaciones del resto de los barcos. Es hora de salir a la calle. Es hora de centrarnos en Gaza. Israel está atacando e interceptando nuestros barcos. Esto es un ataque contra Gaza». Poco antes, el Ejército de Israel había emitido una advertencia radiofónica en la que pedían a los integrantes de las embarcaciones que cambiaran el rumbo de su navegación. «Se acercan a una zona de bloqueo. Si desean entregar ayuda a Gaza, pueden hacerlo a través de los canales establecidos», señaló el mensaje radiofónico retransmitido desde la distancia. El Ministerio de Exteriores israelí también difundió un mensaje de advertencia a través de sus redes sociales, asegurando que el único propósito de la flotilla «es la provocación», ya que se niega a transferir la ayuda a Gaza mediante otros medios. La flotilla Global Sumud («sumud» significa «resiliencia» en árabe), que partió de Barcelona a inicios de septiembre, se presenta como una «misión pacífica y no violenta» y cuenta con unos 45 barcos con centenares de militantes pro-palestinos procedentes de más de 40 países.
